"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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06-06-2008

Jorge Zabalza

 

Sólo para herejes

 

Refundación nacional

 

 

                                                           

Con este concepto, Fernández Huidobro agrega una etapa previa a la lucha por la liberación nacional y  socialismo. Antes de arremeter contra la oligarquía y el imperialismo, entiende necesario resolver la "emergencia nacional" en que nos ha hundido el neoliberalismo. Este concepto aparece como inédito  pero, sin embargo, posee antiquísimas raíces en el pensamiento socialdemócrata europeo.

Estos modernísimos divulgadores de viejas ideas dicen que "precisamos un capitalismo en serio"; "tenemos que importar burgueses como la gente, que cumplan con su interés de clase, que peleen por la de ellos"; "es tiempo de tragar sapos"; "son gajes del oficio"; "tenemos un gobierno de clase media"; "le pagamos al FMI para que no jodan más"; "estamos agarrados del cogote por las deudas"; "la cuestión hoy no es como llegamos al socialismo, es como llegamos a fin de mes".

El resultado práctico de la "innovación teórica" es uno solo: postergar la lucha por la revolución social para cuando las velas ya no ardan  Esa es la pastilla que Huidobro puso a la venta. Que la compre quién quiera o quién la necesite.

En realidad es imposible refundar nación alguna mientras el poder económico permanece en manos de estancieros, especuladores y capitales multinacionales. Es imposible. Y en consecuencia, el discurso folklórico de los vendedores de pastillas es un fraude ideológico. 

Apoyar caudillos políticos que hacen la vista gorda a la especulación financiera, la extranjerización de la tierra, la invasión de multinacionales y los pingues negocios de la oligarquía agroexportadora tiene múltiples consecuencias para el pueblo asalariado. No vale quejarse mañana cuando la indigestión de pastillas provoque vómitos

 

Misiones de paz.-

Para vender la pastilla MINUTASH, los feriantes argumentan que los soldaditos uruguayos van a ayudar humanitariamente al pueblo haitiano, a prepararse en las técnicas militares y a ganarse unos pesos que el presupuesto nacional no puede pagarles. Es  mejor que seamos los propios latinoamericanos y no los yanquis quienes intervengan en Haití, es una misión antiimperialista, deliraba Huidobro.

Hasta se hizo una visita guiada por un oficial de inteligencia con traje de relaciones públicas, que dejó encantados a los periodistas uruguayos, algunos de ellos de izquierda, que al regresar a Montevideo contaron maravillas de la tarea que desempeñaba el ejército uruguayo en casa ajena.

Cuando la MINUTASH bombardeó y atacó un barrio de Puerto Príncipe la prensa progresista explicó que eran los brasileros quienes habían asesinados niños y mujeres en una operación contra las "bandas narcotraficantes". Cualquier parecido con la lógica guerrera de Bush y Uribe es pura casualidad. Se obvió el hecho incontrovertible de que el general uruguayo Glodoofsky era el segundo comandante al mando de las tropas genocidas. Y ese general de la "joven generación" resultó ser el tal fascista…

¡Tremendo vendedor de pastillas el Ñato! Eso sí, repito, se las traga quién quiere.

¿Qué tácticas y técnicas represivas se experimentan en Haití?, ¿qué interpretación de la historia última del Uruguay se enseña en esos cursos de control represivo?, ¿qué doctrina de guerra contrainsurgente se enseña?, ¿contra cuál enemigo?. 

Hipótesis aventurada de un viejo y desconfiado tupamaro:  ¿esas tropas obedecen al ministerio progresista o al Comando Sur del Pentágono?. ¿no las estarán preparando para una hipotética escalada represiva en Uruguay?.

La realidad real es que el ejército uruguayo participa en una invasión preventiva al territorio de un pueblo hermano. Decidida y planificada en Pentágono y no en el ministerio progresista de defensa. Tan criminal como la invasión de Venancio Flores contra el pueblo paraguayo. Estamos jugando un papel de quintacolumnas y carneros en la lucha de los pueblos latinoamericanos por independizarse de los EEUU.

Uniformes uruguayos asesinaron haitianos. Qué cada cual haga con su conciencia lo que pueda. Prefiero morir como he vivido, digo parafraseando al Silvio.

 

Fetichismo de la democracia burguesa.-

Pregunta para conciencias que no suelen esquivar los interrogantes: 1) las detracciones pueden ser utilizadas para proteger el consumo popular de alimentos, luego ¿a quién protege el gobierno progresista cuando rechaza las detracciones a las exportaciones de carne, lana y soja?; 2) el modelo sojero transgénico es agronegocio de multinacionales como la MONSANTO contra la cual batallan el MST en Brasil y Vía Campesina en otros países hermanos, luego ¿para quién trabaja el gobierno progresista que se calla la boca y deja hacer a quienes cada día extienden la superficie plantada con transgénicos en el Uruguay?

Una de las razones de ser de la democracia burguesa, la más honda y profunda tal vez, es ofrecer "seguridad" a las inversiones de los capitalistas nacionales y extranjeros, si es que existen fronteras para el capital hoy día. En tiempos de bonanza abrir puertas a las inversiones privadas, liberalizando la economía y, en tiempos de malaria, como hoy día, que el capital estatal se haga cargo de las pérdidas y luego descargue el peso del desastre capitalista  sobre el salario.

A mayor seguridad para los negocios, más democrática es la democracia burguesa. Cuando los negocios corren peligro, como en Bolivia, Ecuador o Venezuela, la democracia burguesa deja de ser democrática y los publicistas de la burguesía hablan de autoritarismo.

En tiempos de crisis, cuando se ha producido más de los que es posible consumir sin pérdidas de ganancias, el mejor negocio del capital es la guerra. En la guerra se consume sin necesidad de consumidores. Se multiplican las ganancias  sin necesidad de esclavos que se vuelvan consumidores para sostener la reproducción del capital. La democracia burguesa es la careta linda de las guerras más sangrientas. En Uruguay es la fachada de la participación de nuestras FFAA en el proyectote dominación mundial de los EEUU.-

¡Pero, Tambero, radicalote intelectual, dejate de joder, éste es un gobierno que representa al pueblo! No, queridos y queridas, fueron elegido por un electorado bien popular que exigía un cambio en el modelo, pero cuando toparon con las organizaciones del poder…¡las dejaron hacer!. Dejaron hacer a los estancieros, los sojeros, los plantadores de eucaliptos, las multinacionales (¿Portucel es herencia maldita?), a los especuladores de la Ciudad Vieja y a los grupos fascistas insertos en el poder judicial, la policía y el ejército.

¿A quién representan entonces los parlamentarios y ministros, el Señor Presidente? ¿A quienes votaron o a aquellos cuyos negocios prosperan cada día más sin que nadie se atreva a ser un Evo morales, un Correa o un Chavez?

La democracia burguesa es un fetiche, un ídolo, un ícono significante de muchos significados, parece decir una cosa pero representa todo lo contrario de lo que dicen los caudillos que sostienen el sistema. Los representantes votados cada cinco años se limitan a ocultar bajo sus discursos folklóricos la reproducción del sistema de poder económico.

¡Estoy ciego, madre mía, no veo un camino claro!

La democracia representativa, parlamentaria y electoral no aparece como una vía para hacer que el poder económico deje de dirigir el destino del pueblo asalariado. No sirve para que los gobernantes dejen de ser protectores de los negocios de la clase dominante y  le hinquen el diente a la solución de los problemas del millón y medio de pobres que hay en el Uruguay. No sirve tampoco para que las FFAA dejen de ser soldados de segunda en los ejércitos imperiales y el pueblo uruguayo ocupe un lugar en la trinchera de la lucha por la independencia económica.

Reaparece la necesidad del cambio en el sistema dominante. Pero esa necesidad es nítida solamente para sectores muy reducidos de militantes políticos. ¿Qué eco popular puede tener el discurso de una democracia directa, de un poder revolucionario de los asalariados? Ninguno y, sin embargo, la concepción no deja de ser válida por ello.

Hasta que los motores de la lucha de clases no se enciendan, no se extenderá la evidencia de que es necesario cambiar el régimen político, darlo vuelta y ponerlo al servicio del pueblo asalariado y los pueblos hermanos de todo el mundo.

La responsabilidad política principal  no está en los vendedores de pastillas y domadores de culebras que oscurecen y distorsionan el entendimiento político. Está en nosotros mismos, en quienes no logramos superar la crítica al ídolo y encender nuestro propio motor, el arranque del motor de la lucha de clases. La conciencia revolucionaria sabe de lo necesario pero lo posible se mantiene aún en la oscuridad. Al decir de Ernesto Guevara, mientras el pueblo asalariado no quiera rebelarse, nadie puede obligarlo a ello, pero, para que se rebele y busque revolucionar el poder, el motor de arranque debe estar encendido. La cosa es bien dialéctica, motor chico y motor grande, lo uno no funciona sin lo otro.

Sólo para herejes (II)

 

"El gobierno actúa sometido a tensiones de una sociedad dividida en clases y no puede actuar siempre acorde a ese programa (el del Frente Amplio, nota del autor) y tiene que ceder a las presiones del bloque dominante" , palabras dichas en el acto del Primero de Mayo, por Juan Castillo, principal vocero del PITCNT.

A riesgo de aburrir lectores y alienarme voluntades, creo conveniente repasar el listado de las cesiones que se hace frente al bloque dominante:

I) a los grandes capitales multinacionales se les cede enorme extensiones de tierras forestadas con eucaliptos y se deja plantar soja transgénica cultivada en base a agro tóxicos hasta alcanzar a ser el décimo país en el campeonato mundial sojero organizado por la Monsanto. Se les regala la instalación de plantas de celulosa en zonas francas donde no pagan ni un peso en  impuestos. Se les ceden las industrias molineras y frigoríficas que exportan sin pagar detracciones como en Brasil o Argentina. Se mantiene el funcionamiento secreto de la plaza financiera, asentamiento extranjero que exporta capital expropiado a los asalariados uruguayos.

II) Se cede en la concepción de la política económica al centrarla en el pago de la Deuda Externa. Se paga por adelantado el capital al FMI, y no se atrasan ni un segundo en el pago de intereses y amortizaciones a los acreedores privados. Al mismo tiempo se hace la mosqueta con el 4,5% para la educación; con las inversiones en vivienda popular y préstamos a cooperativas; se niega al INAU lo imprescindible para atender niños y adolescentes arrojados a la calle por esta misma política astoriana.

III) Se cede ante el complejo latifundio-agro exportación que hacen su agosto con el consumo popular al tiempo que no pagan prácticamente nada por las rentas de capital o por el privilegio de la propiedad de la tierra o por las exportaciones de carne y lana (¿qué pasó con el impuesto a la productividad media y con la ley de sociedades anónimas?).

IV) Se cede a las presiones del terrorismo de estado para no anular la ley de caducidad y sacar de la manga una cárcel VIP para los asesinos con o sin uniforme, al tiempo que no hay un peso para humanizar las cárceles y las colonias de menores (como botón de muestra: ver  las condiciones en que esperan en las puertas de las cárceles los familiares que no han cometido delito alguno). El gobierno también cede al no tomar la iniciativa en materia de derechos humanos: podría dar órdenes a sus fiscales para que inicien investigación y denuncias judiciales sobre la tortura, desapariciones y asesinatos desde 1968 a 1985, así como lo que ocurre actualmente en comisarías, cárceles y hogares de menores.

V) Se cede a las presiones de lo más reaccionario (Opus Dei y arzobispo) para no aprobar la despenalización del aborto y al hacerse los distraídos para no ver las clínicas aborteras clandestinas, gran negocio de algunos médicos.

VI) También cede ante el imperialismo, al enviar tropas hipócritamente llamadas "de paz" a reprimir al pueblo haitiano para restablecer la "democracia" como le gusta a George Bush, gran democratizador en Afganistán, Irak y el resto del mundo; además se cede al no levantar una voz indignada por la invasión del ejército colombiano a Ecuador y al recibir, por el silencio cómplice, las felicitaciones de Condoleza Rice. También se calla sin denunciar el reflotamiento de la IV Flota bajo el mando del Comando Sur, división del Pentágono para el control y la represión en América Latina, responsable de violaciones del territorio ecuatoriano y venezolano, del Plan Colombia y de la construcción, con el consentimiento del Ministerio de Defensa, del anzuelo-políclina en mis pagos de Santa Catalina.

 

Este incompleto listado (olvidé las privatizaciones y la ley "luz verde para la policía", por ejemplo) abre dos interrogantes en negrita: A) ¿Dónde termina el "ceder a las presiones" y empieza el "hacer los mandados a la oligarquía y el imperialismo "?, y B) ¿Qué está en disputa en este gobierno donde el programa popular ya perdió por goleada?

Las respuestas las tienen los miembros del secretariado ejecutivo del PITCNT, en particular, Castillo, Abdala y Bermúdez que unen a esa condición la de ser  comunistas y, por lo tanto, se supone que ideológicamente rechazan toda colaboración de "su" gobierno con la oligarquía y el imperialismo. Personalmente, sospecho que ya no hay nada que disputar: el gobierno acaudillado por Mujica, Astori y Tabaré es de derecha sin remedio.

  

El inefable senador Huidobro reafirma su compromiso a muerte con la gestión del gobierno progresista y que sus alianzas en el Frente Amplio tienen un carácter estratégico. Manifiesta nuevamente su lealtad para con Astori, Valenti, Nicolini, Bengoa y etc. a la par que valora la actual política económica como de izquierda.

Huidobro se suma al discurso "¡unidad, unidad!" que vienen haciendo los caudillos del progresismo y los dirigentes de la central sindical. Consigna que se ha venido imponiendo desde 1960, cuando el PCU unificaba a palo y cadena.

La "Unidad" posee mucho significado afectivo para el pueblo asalariado y es un excelente recurso retórico. Basta mentarla para despertar aplausos en el público más aburrido (como el de todos los Primeros de Mayo, por ejemplo).

El contenido político de este nuevo paquete de "Unidad" parece ser el disciplinamiento a las políticas de gobierno. La tribu entera atrás de Pluma Blanca, de su primer ministro Danilo y del Gran Brujo. Disciplinarse al gobierno por un lado y por el otro, anular con un discurso demagógico las resistencias populares que pudieran surgir

Unidad para hacer los mandados y dejar hacer los grandes negocios a los dueños del Uruguay, los que viven en Carrasco y también los europeos y gringos. Unidad para convencer de que tres años son poco tiempo para cambiar las causas de la pobreza en que vive el millón y medio de uruguayos que no goza del privilegio de pagar IRPF.

 

 

 

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